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Estaba haciendo una visita turística por mi nevera, y me encontré con algunas cosas que se podían juntar y hacer que saliera algo decente de la unión.
Pues bien con los siguientes ingredientes hice un pequeño postre rápido y razonablemente comestible.
Necesitaremos:
1 lámina de masa de hojaldre fresca
Queso crema
Castañas en almíbar
Azúcar glas
1 huevo
Estiramos la lámina de masa y pintamos con huevo batido.
Con un aro hacemos las porciones y llevamos al horno, precalentado a 200º, hasta que cojan un bonito color dorado.
Dejamos enfriar y cortamos por el medio las esferas resultantes.
En un bol mezclamos el queso con las castañas en almíbar picadas.
Rellenamos los pastelillos con la masa resultante, le ponemos la tapa y salpicamos con azúcar glas.
La sorpresa de este sencillo postre, está en que a la vista del color blanquecino de la crema, se espera una mezcla dulce. Entonces es cuando sorprende el ligero sabor salado del queo con el dulce de la castaña.
Merece la pena probarlo.
Estaba haciendo una visita turística por mi nevera, y me encontré con algunas cosas que se podían juntar y hacer que saliera algo decente de la unión.
Pues bien con los siguientes ingredientes hice un pequeño postre rápido y razonablemente comestible.
Necesitaremos:
1 lámina de masa de hojaldre fresca
Queso crema
Castañas en almíbar
Azúcar glas
1 huevo
Estiramos la lámina de masa y pintamos con huevo batido.
Con un aro hacemos las porciones y llevamos al horno, precalentado a 200º, hasta que cojan un bonito color dorado.
Dejamos enfriar y cortamos por el medio las esferas resultantes.
En un bol mezclamos el queso con las castañas en almíbar picadas.
Rellenamos los pastelillos con la masa resultante, le ponemos la tapa y salpicamos con azúcar glas.
La sorpresa de este sencillo postre, está en que a la vista del color blanquecino de la crema, se espera una mezcla dulce. Entonces es cuando sorprende el ligero sabor salado del queo con el dulce de la castaña.
Merece la pena probarlo.