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Este pasado sábado, como todos los últimos sábados de mayo, nos reunimos aquellos que hicimos COU por el año 1972, antes de ayer.
Este pasado sábado, como todos los últimos sábados de mayo, nos reunimos aquellos que hicimos COU por el año 1972, antes de ayer.
Este año decidimos que nuestra Xuntanza sería por la Ribeira Sacra y como nexo de unión nuestro compañero, y amigo, de estudios José María Prieto.
José María es un bodeguero idealista que está haciendo realidad una utopía en la que cree y que ya es un hecho. La Bodega Régoa sólo comercializa vinos de crianza, vinos que salen al mercado con 6 ó 7 años de estancia, parte de ellos, en barrica de roble e de irse haciendo con el paso del tiempo. Esta es la utopía de Bodega Régoa, que estos vinos no tienen que ser exclusivamente nuevos, que poden seguir viviendo mas allá del tiempo y transformarse en un vino de mucha calidad.
Cando llegamos a Sober, ya estaba José María esperándonos, para comenzar una jornada que prometía muy interesante y provechosa. La realidad confirmó estas esperanzas.
Como no podía ser de otra manera y para comprender estos vinos mencía, hay que comenzar por una visión global del lugar donde se cultivan estos preciados vinos.
Como estábamos por Sober fuimos hasta los miradores de Boqueiriño y Cividade, desde donde pudimos ver todo el esplendor de una zona tocada por los dioses, un espectáculo que guardas en la retina por mucho tiempo y que marchas del lugar con el firme propósito de volver, pero con gente nueva para dar a conocer este tesoro de la naturaleza. Ver ese recorrer del río entre sus laderas cultivadas de vides, ver el enclave do convento de Sta. Cristina de Ribas de Sil que emerge entre la frondosidad del bosque y ver al fondo el embalse de Santo Estebo, te da una perfecta visión de la magnitud y belleza de A Ribeira Sacra.
Despues de ponernos en situación, visitamos la Bodega Régoa en la que José María Prieto nos contó su proyecto y como mima con auténtico cariño estos vinos que produce.
Actualmente está en una producción de 25.000 botellas, pero las posibilidades de esa viña de 11.000 Has. llega hasta las 50.000. Los viñedos de Régoa están situados en pleno corazón de Amandi, tierras que pertenecían a los dominios de Sta. Cristina de Ribas de Sil, por eso la situación global era importante para ver los dominios del clero.
Como ya comenté mas arriba, Régoa sólo hace vinos de crianza y actualmente está en el mercado con vinos de 2.009.
En estos momentos están a la espera de lanzar el Régoa-Iria, un vino de 7º año (2.008), pero como dice José María sin prisas. Puede ser 2.015 ó 2.016.
Luego de la visita a la bodega, tocó visitar las viñas que son origen de ese milagro que está dentro de las botellas de Régoa.
Cando uno mira los viñedos de A Ribeira Sacra desde lejos, desde un mirador, piensa que hacer la vendimia es una heroicidad, pero cuando tienes l suerte de visitar unos viñedos y andar entre ellos, ves que lo de la heroicidad se queda corto, va mas allá.
Pensad que bajamos casi al pie del Sil, tuvimos en poco menos de un kilómetro un desnivel de 250 mts. Nuestras rodillas y músculos de las piernas son notarios del descenso que hicimos.
Estuvimos por bancales en los que apenas cabe una persona para facer la vendimia, bancales robados a la ladera del río.
Solamente el cariño y la pasión por las tierras y su fruto, hacen posible tan titánico esfuerzo.
Nos cuenta José María que en tiempos pasados, en las vendimias, un hombre hacía cuatro viajes al día, desde la orilla hasta la cima. A mi me parece una auténtica heroicidad. Nuestro amigo Barreiros hacía una comparación muy gráfica: "sacar vino de estas tierras, es como sacarle percebes al mar".
Las viñas de Bodegas Régoa tienen un sistema de raíles que facilitan mucho la subida de los cestos de uvas, humanizando el trabajo de la vendimia.
José María tuvo compasión de nosotros y el camino de vuelta, cuesta arriba, la hicimos en todo terreno.
Después de una mañana tan activa e instructiva, no podía por menos que venir una buena comida. Nuestro anfitrión escogió Casa Lelo, en Abeleda, donde además de empanada de iscos (de tocino y chorizo), pulpo, embutidos de casa, el plato rey fue un espectacular cabrito de Castro Caldelas acompañado, como no, de patatas fritas y unos pimientos fritos de quitar el sentido. Rematamos con sobremesa típica del lugar: bica de Castro.
Para regar todos estos manjares, José María tenía preparada una cata vertical de los vinos de Régoa, de los que fuimos captando la gran variedad de matices. Los vinos de Régoa son 10% albarello y 90% mencía
Arrancamos con el del 2.006, un año no moy bueno pero un vino con frescor y con un agradable retrogusto.
Con el 2.007 ya encontramos un vino con cuerpo con un color picota oscura y una graduación de 14º. Me trae a la cabeza acompañar pescados grasos con este viño. Y así fuimos dando conta de año a año. Decir que del 2.008 y 2.009 además cuenta con una tirada de botellas de TN (Tinto Noble) vinos con cuerpo y en los que todos los matices de la tierra y del roble están muy presentes.
Como traca final, José María reservó la presentación en exclusividad el Régoa-Iria 2008, que como ya dije estará próximamente en el mercado.
Este vino es un capricho del bodeguero, tiene su origen en unas cepas que dan sobre 1/2 kilo de uvas y criado en barricas nuevas durante 14 meses. Un espectáculo de sabor en boca y de color en la copa. José María dice que aun le falta un poco y que va sin prisas.
Vas por el buen camino José María.
Después de algún canto de taberna, en la sobremesa, y foto del grupo para el recuerdo, dimos un pequeño paseo para rematar en el embarcadero para tomar un refrigerio e partir para nuestras casas con la cabeza llena de bellas imágenes y la boca llena de sabores.
Se abre el período de ideas para la xuntanza del 30 de mayo do 2.015.
Gracias y un abrazo para todos los que hicisteis que fuera una jornada espectacular.
Actualmente está en una producción de 25.000 botellas, pero las posibilidades de esa viña de 11.000 Has. llega hasta las 50.000. Los viñedos de Régoa están situados en pleno corazón de Amandi, tierras que pertenecían a los dominios de Sta. Cristina de Ribas de Sil, por eso la situación global era importante para ver los dominios del clero.
Como ya comenté mas arriba, Régoa sólo hace vinos de crianza y actualmente está en el mercado con vinos de 2.009.
En estos momentos están a la espera de lanzar el Régoa-Iria, un vino de 7º año (2.008), pero como dice José María sin prisas. Puede ser 2.015 ó 2.016.
Luego de la visita a la bodega, tocó visitar las viñas que son origen de ese milagro que está dentro de las botellas de Régoa.
Cando uno mira los viñedos de A Ribeira Sacra desde lejos, desde un mirador, piensa que hacer la vendimia es una heroicidad, pero cuando tienes l suerte de visitar unos viñedos y andar entre ellos, ves que lo de la heroicidad se queda corto, va mas allá.
Pensad que bajamos casi al pie del Sil, tuvimos en poco menos de un kilómetro un desnivel de 250 mts. Nuestras rodillas y músculos de las piernas son notarios del descenso que hicimos.
Estuvimos por bancales en los que apenas cabe una persona para facer la vendimia, bancales robados a la ladera del río.
Solamente el cariño y la pasión por las tierras y su fruto, hacen posible tan titánico esfuerzo.
Nos cuenta José María que en tiempos pasados, en las vendimias, un hombre hacía cuatro viajes al día, desde la orilla hasta la cima. A mi me parece una auténtica heroicidad. Nuestro amigo Barreiros hacía una comparación muy gráfica: "sacar vino de estas tierras, es como sacarle percebes al mar".
Las viñas de Bodegas Régoa tienen un sistema de raíles que facilitan mucho la subida de los cestos de uvas, humanizando el trabajo de la vendimia.
José María tuvo compasión de nosotros y el camino de vuelta, cuesta arriba, la hicimos en todo terreno.
Después de una mañana tan activa e instructiva, no podía por menos que venir una buena comida. Nuestro anfitrión escogió Casa Lelo, en Abeleda, donde además de empanada de iscos (de tocino y chorizo), pulpo, embutidos de casa, el plato rey fue un espectacular cabrito de Castro Caldelas acompañado, como no, de patatas fritas y unos pimientos fritos de quitar el sentido. Rematamos con sobremesa típica del lugar: bica de Castro.
Para regar todos estos manjares, José María tenía preparada una cata vertical de los vinos de Régoa, de los que fuimos captando la gran variedad de matices. Los vinos de Régoa son 10% albarello y 90% mencía
Arrancamos con el del 2.006, un año no moy bueno pero un vino con frescor y con un agradable retrogusto.
Con el 2.007 ya encontramos un vino con cuerpo con un color picota oscura y una graduación de 14º. Me trae a la cabeza acompañar pescados grasos con este viño. Y así fuimos dando conta de año a año. Decir que del 2.008 y 2.009 además cuenta con una tirada de botellas de TN (Tinto Noble) vinos con cuerpo y en los que todos los matices de la tierra y del roble están muy presentes.
Como traca final, José María reservó la presentación en exclusividad el Régoa-Iria 2008, que como ya dije estará próximamente en el mercado.
Este vino es un capricho del bodeguero, tiene su origen en unas cepas que dan sobre 1/2 kilo de uvas y criado en barricas nuevas durante 14 meses. Un espectáculo de sabor en boca y de color en la copa. José María dice que aun le falta un poco y que va sin prisas.
Vas por el buen camino José María.
Después de algún canto de taberna, en la sobremesa, y foto del grupo para el recuerdo, dimos un pequeño paseo para rematar en el embarcadero para tomar un refrigerio e partir para nuestras casas con la cabeza llena de bellas imágenes y la boca llena de sabores.
Se abre el período de ideas para la xuntanza del 30 de mayo do 2.015.
Gracias y un abrazo para todos los que hicisteis que fuera una jornada espectacular.